Cap 2: Interludio movido
Korin comenzó a forjar un par de objetos para el equipo. Comenzó a forjar cadenas de hierro para hacerse una camiseta de malla de manga corta y, al finalizar esta, decidió fundir y crearse unos guanteletes de placas que, a la altura de los nudillos, se divide en numerosas falanges para los dedos. Al acabar la camiseta de malla, se dio cuenta de que las anillas eran lo suficientemente grandes como para que entrara el filo en punta de una daga así que redujo el tamaño de las anillas para una mayor defensa y se vuelve más ligero. Para finalizar dejó que se enfriara naturalmente para darle dureza y comenzó a forjar los guantes.
Tras terminar de forjar los guantes, los oscureció con ceniza y calentando al fuego hasta que quedaron de un negro brillante.
Cuando enfrió la cota de malla, Korin se la puso y comprobó cómo le quedaba-¡Como un guante!... Ahora he de buscar una funda para la espada…-
Acto seguido, la espada comenzó a temblar hasta que finalmente como si se pegara, quedo anclada en la espalda de Korin. La cogió y la sacó fácilmente. Volvió a soltarla y se volvió a pegar a su espalda-¿Qué es esto? Parece que responde a mi voluntad… mola…-
Korin tras enfriar los guantes se los puso y decidió ponerse en marcha hacia su aventura. Al salir de Agnis Rock, no sabía hacia donde ir:
-… ¿Hacia dónde debo ir?... no sé ni siquiera a donde debo ir… debería buscar en la ciudad más próxima como punto de partida de mi búsqueda. Keisdra podía darme algo de información.-
Korin decidió marchar a Keisdra, a mitad de camino unos asaltadores irrumpieron en el camino de Korin. El entorno es un bosque espeso por el que atraviesa el camino a Keisdra, las ramas más bajas de los árboles son tan flexibles que llegan a tocar el suelo y el suelo está cubierto de las hojas secas que los arboles depositan sobre el suelo verde:
-(agrupándose en formación los asaltantes) ¡Quitadle todo lo que tenga!-
-(uno de los asaltadores) Hey jefe, tiene un arma. ¿Qué hacemos?-
-No queda otra ¡Luchar!-
-(…) supongo que no queda otra opción- suspira Korin.
Korin no tuvo otro remedio que aceptar a luchar contra la emboscada. Recibió un ataque alto de uno de los asaltantes que paró ágilmente pero desgraciadamente recibió una patada que lo empujó un par de metros. Se ayudó de sus manos para frenar y levantarse del suelo pero recibió otra sucesión de golpes que lo volvió a tirar al suelo-Quitadle la espada, tiene pinta de ser lo suficiente antigua como para darnos mucho por ella-
-(Si pudiese hacer algo mas para vencerlos.)- Pensaba Korin
-…Lehez…- La espada habló en su mente y al mismo tiempo la sangre comenzaba a cubrir la primera runa de la espada.
-¿Lehez?-
Acto seguido la runa comenzó a brillar en un rojo intenso y la espada comenzó a perder el óxido, sufriendo una serie de cambios en su forma y color, adoptando la forma de una espada ancha de 2 manos con las runas a lo largo del filo y obteniendo una coloración ocre.
-Jefe, ¿Qué podemos hacer? Parece uno de esos espadachines “Wharzspile”.-
-Parece un novato, no os dejéis intimidar-
-¿Wharzspile?...- dijo Korin con intriga
Antes de acabar la palabra, Korin ya recibiera un golpe de los asaltantes. En el segundo golpe, Korin logra desarmar a uno de los asaltantes y cortarle el brazo, retorciéndose este de dolor:
-…¿A qué esperáis? Acabad con él, ¡con todos juntos no podrá!-¡Allá vamos jefe!-
Al atacarle todos juntos, Korin sintió como si la espada le controlase cuando lo rodearon Korin hizo un ataque circular que hirió a todos por igual
-Whoa, ¿Acabo de hacer esto?-Tch… Al final voy
tener que hacerlo yo el jefe de los Kolbas.-
Finalmente se mostró el jefe de los Kolbas. Era un tipo bastante alto, fuerte, calvo, mandíbula cuadrada y barba de 1 mes. Llevaba una armadura de malla larga con unos guantes y botas de cuero. Parecía que sus únicas armas son una espada corta y una daga equilibrada.
-Enséñame tus habilidades wharzspile-ya te lo he dicho, ¡no sé que son los wharzspile!-
Korin atacó imprudentemente al enemigo provocando que este se defendiera y levantara la tierra a su alrededor para cegar a Korin y tener tiempo para sacar una esfera de cristal roja.
-Arde en las llamas carmesí-
Lanzó la esfera contra el cuerpo de Korin, que hizo que lo envolviese en llamas. En ese momento, volvió a oír en su mente la voz.
-Vamos, ¿a qué esperas? Contraataca-
-¿Otra vez tu? ¿Qué se supone que eres?-
-¡Cuidado! ¡Ataque frontal!-
Korin esquivó el ataque que había prevenido la voz exitosamente.
-Deja a mi cargo las llamas, concéntrate en el combate.
Misteriosamente, las llamas habían desaparecido y con ello, Korin volvió a sentir que sus manos se movían con cierta resistencia pero aun así sin control. Acto seguido lanzó un tajo vertical al aire y de él salieron las llamas que antes lo cubrían.
-Jajaja, sabía que eras un wharzspile, se te notaba en la mirada pero ahora me lo estás demostrando con tus habilidades- dijo el jefe de los asaltantes.
Korin lo cogió desprevenido y consiguió atravesarlo con su espada en el abdomen.
-…Maldito… (Escupiendo sangre) esta me la pagas-
Una bomba defectuosa hizo que mitad de su cuerpo se chamuscara.
-Esto no quedará así wharzspile juro que me la pagarás.-
Una bomba de humo del asaltante hizo que Korin perdiera la visión momentáneamente.
-Gasp…no veo nada…-
Cuando recuperó la visión, los asaltantes habían desaparecido y lo único que quedaba allí era una faldriquera y una de esas esferas rojas y cristalinas.
-(Recogiendo las cosas) Oh, que bien, una faldriquera, así podré guardar mas cosas.-
Tras recoger todo, una nota cayó enfrente de él, al recogerla, observó a los alrededores pero no vio a nadie por allí. Sin más preámbulos, Korin decidió leer la nota que se le había presentado ante sus ojos:
He visto tu actuación, quizás puedas formar parte de la “Elite”. Reúnete conmigo en “The Beer and the Fawkes ¿Sabrás hacia donde ir no? No tardes o me dedicaré a encontrarte y darte caza
D. U.
Korin no sabía quién era ese ente ni porqué lo ansiaba ver tanto. Korin tampoco sabía donde quedaba el lugar de encuentro pero en ese momento el dispositivo que encontró en las ruinas comenzó a funcionar y a emitir un pulso en la pantalla y marcar hacia el sureste entonces Korin lo decidió, ir hacia la próxima ciudad para encontrar la primera pista de su destino: Keisdra. Korin sabía que se estaba adentrando en una aventura emocionante y al mismo tiempo peligrosa aunque en la mente de Korin aun quedaban dudas que solo podía resolver el paso del tiempo ¿Quiénes eran los antiguos? ¿Por qué aquella espada se le fue concedida a Korin? Sabía que debía seguir adelante para poder resolver esas dudas ahora tan inmersas en su mente.
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