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l día siguiente, Silouh y Knut decidieron ir a una cafetería cercana para revisar el informe con tranquilidad.
- Esto no hay por dónde cogerlo. – replicó Silouh harta de leer una y otra vez la escasa información del caso.
- Estaba pensando… y creo que ya lo tengo.
- ¿Tú pensando? En fin, dispara, qué crees que ha sido.
- Seguro que es un unicornio.
- ¿Qué?
- Un unicornio.
- Estás de broma, ¿no?
- No, lo digo completamente en serio.
- Tanta cafeína te ha sentado mal.
- Pero no un unicornio cualquiera… – hizo una breve pausa – es un unicornio retrasado.
- Euh… - Silouh le miraba con su típica mirada de: “tú estás mal, tío, muy mal”.
- Piénsalo, ¿qué clase de bestia sería capaz de causar ese desastre?
- Eh… - seguía sin poder reaccionar.
- Una muy idiota.
- ¿Cómo tú? – interrumpió Silouh molesta – mira, no tengo tiempo para esto, así que…
- Déjame terminar. – le cortó Knut – Normalmente los monstruos matan sin dejar pruebas para que no los cacen, pero este es especialmente idiota. Además, no encontramos huellas, así que pudo escapar volando… ¿y quienes pueden usar la luz solar para volar?
- Los unicornios… pero no son los únicos que pueden volar.
- Confía en mí, seguro que es un unicornio.
Dicho esto, Knut se levantó y se fue. "Un unicornio dice... será idiota..." Pensó Silouh mientras seguía dando vueltas al café con la cuchara intentando hacer que su cabeza encontrase una teoría más coherente.
Decidió descansar un poco y mirar la pequeña televisión del local, en la que, por supuesto, no echaba nada interesante. El típico programa basura de telemierda en el que unas analfabetas discuten sobre quién lleva más botox en la cara.
Justo cuando una de las rubias de bote decidió que lo más lógico era enseñar las bragas para conseguir más espectadores, el programa fue interrumpido por una noticia de última hora. Otra chica había aparecido muerta.
Silouh recibió un mensaje de Knut: “Ven en seguida, no te vas a creer lo que hemos encontrado”. Se terminó el café de un trago y salió corriendo hacia la escena del crimen. Al llegar no se pudo creer lo que estaba viendo.
- Un… un…
- Venga, dilo, – dijo Knut en tono de burla – sabes que lo estoy deseando.
- U-unicornio… - titubeó Silouh, que aún no se lo creía.
- Unicornio retrasado para ser más exactos – interrumpió Urbano, que acababa de llegar.
- Entonces, Knut tenía razón… - murmuró sorprendida.
- Sí, – dijo Knut orgulloso – y tú no me creías, ves cómo…
- El descerebrado tenía razón… – interrumpió de nuevo Urbano – eso sí que da miedo.
- ¡Eh! ¡No soy ningún descerebrado!
- Sí, claro, a trabajar – ordenó entre risas.
Knut y Silouh se dirigieron hacia el unicornio, el cual se encontraba tendido en el suelo. Respiraba con dificultad y tenía una herida bastante grave. La chica, o lo que quedaba de ella, estaba a su lado. Por lo visto el unicornio la atacó y mientras la devoraba un cazador borracho le disparó pensando que era un venado, pero claro, al ver que su sangre y su vómito eran como un arco iris, se dio cuenta de que lo que había cazado no era normal.
Knut se acercó para examinar mejor el cuerno roto del unicornio para calcular su edad, unos 140 años. Silouh por su parte se puso de rodillas frente al animal y colocó su mano sobre la herida.
- Le quedan 2 horas 32 minutos y 15 segundos de vida. – afirmó Silouh con total seguridad – Date prisa.
- Ya voy, ya voy.
Knut extendió su mano hacia los ojos de la bestia, pero antes de llegar algo salió de su boca y se desvaneció en el aire. El unicornio dejó de respirar.
- No puede ser. – dijo Silouh extrañada – Está muerto.
- ¿Cómo?
- Está muerto, esa cosa ha salido y lo ha matado… pero, ¿qué era?
Casi se me olvida actualizar, y eso que llevo repitiéndome todo el día que hoy es martes. Cómo se nota que hay que ser tonta para escribir tantas chorradas seguidas. En fin, espero que os guste y todo eso.
Nos leemos.
Me encanta. Hay el unicornio que majo XD
ResponderEliminarYa ves, todo moribundo y multicolor jaja
EliminarAnimas, animas que matan unicornios xDDD
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