En
la oscuridad y la tranquilidad de la noche se percibían los cantos de los
grillos y el ulular de las lechuzas en las ramas de los árboles cercanos a la
casa. El viento mecía las hojas provocando un sonido tétrico.
Desde
lo alto de la colina se vislumbraba un gran edificio, que constaba de tres
plantas. A simple vista, y debido a su tamaño, nadie podía pensar que allí solo
vivían dos hermanos . Las paredes estaban pintadas de blanco y el ala oeste de
la casa compuesto por una gran vidriera desde donde se observaba el interior de
la biblioteca familiar, atestada de libros, y uno de los tres estudios.
El
piso superior era el único empleado de forma continuada, ya que era allí donde
se encontraban las habitaciones. En una de ellas Cat dormía. Las pesadillas que
la asolaban desde hacía años no la daban tregua; en ellas aparecían los rostros
cadavéricos de sus padres en el interior de las bolsas de plástico negras de
rigor, sus caras desfiguradas en muecas de terror. Habían pasado unos años
difíciles dada su pérdida y todavía no la habían superado del todo. Su hermano
James lo llevaba mejor que ella, ya que él no los había visto en esas
condiciones, Cat sin embargo sí, pues fue a recogerlos al aeropuerto aquel día.
Lo recordaba como si hubiese sido ayer. Se levantó a las seis de la madrugada
para desayunar, prepararse y no encontrar el atasco de las mañanas. A las seis
y media ya había terminado y ponía rumbo al aeropuerto; en el taxi sonaba Undisclosed desires de Muse.
I
want to reconcile the violence in your heart
I
want to recognize your beauty's not just a mask
I
want to exorcise the demons from your past
I
want to satisfy the undisclosed desires in your heart
Una
vez allí esperó a que llegara el vuelo de sus padres, pero éste se retrasaba
cada vez más; tres horas más tarde el avión tomaba tierra. Nadie salía por la
puerta de embarque. Finalmente uno de los trabajadores se acercó con la
intención de abrirla y al entrar profirió un agudo chillido.
Cat
se despertó sobresaltada y bañada en sudor. Otra vez ese recuerdo, recuerdo que
se había convertido en pesadilla. Se incorporó mientras seguía pensando en lo
acontecido aquel día.
Tras
el grito, más gente se acercó asustada, usando sus teléfonos de forma
frenética. Desde su posición Cat solo podía observar la escena con cara de
asombro y preocupación. "¿Qué es lo que pasará?" se preguntaba. Al
rato lo averiguó, pues diversos coches de policía y ambulancias se acercaban al
lugar. Catherine se temía lo peor, y no se equivocó, pues tras acercarse ella
también divisó a los forenses retirar los cuerpos del avión, entre los que se
encontraban los de sus padres. La policía mientras tanto buscaba al asesino,
del que no había ni rastro. Días después saldría la noticia en la prensa, con
el añadido de que los cadáveres de todos los pasajeros habían desaparecido del
depósito sin ninguna explicación.
Volvió
en sí. No la sentaba nada bien recordar lo sucedido. Todavía eran las tres de
la madrugada y dudaba que a esas alturas pudiera conciliar el sueño de nuevo.
Para pasar el tiempo decidió acercarse a la estantería y leer: Romeo y Julieta, Frankestein, Drácula,...
se decantó por este último y comenzó la lectura. Media hora después sonaron
unos golpes en la puerta de su habitación.
-
¿Cat, estás despierta?
Era
su hermano James, que o bien había tenido una pesadilla al igual que ella, o
bien había estado jugando al World of
Warcraft en el ordenador.
-
Pasa, pero ten cuidado al entrar, no pises la ropa.
Cat
era un completo desastre. Cada vez que se cambiaba de vestimenta, el suelo
acababa anegado en un mar de pantalones, faldas, camisetas,... Nunca recogía su
habitación.
-
Vives entre basura, ¿lo sabías?, cualquier día tendrás que salir tú para que
quepan todas tus cosas.
-
¿Y a ti que más te da?, ¿para eso me has despertado?- reclamó Catherine con
cara de enfado.
-
Primero, sé que estabas despierta porque te he oído levantarte de la cama y
rebuscar en tus estanterías, y segundo...
La
canción de Psychosocial proveniente
del móvil de Cat cortó a su hermano en mitad de la frase.
And
the rain will kill us all
we
throw ourselves against the wall
but
no one else can see
the
preservation of the martyr in me
Bajó
corriendo las escaleras en busca del aparato. Siempre lo dejaba tirado por ahí.
Lo encontró en el sofá, debajo del cojín de lana verde hecho por su abuela años
atrás. Se acercó y leyó el mensaje.
4:00h. en otro lugar
Apagó
el móvil. A esas alturas ella ya habría leído el mensaje. No quería actuar sin
haberla avisado con anterioridad, pues deseaba verla dudar y sufrir con
antelación.
Aún
recordaba la foto de aquellos dos niños pegada en la parte interior de la
cartera del hombre. La niña, Catherine, ella era su objetivo. Habían tenido
valor al poner a la hija ese nombre. Densas lágrimas rodaron por sus mejillas
al recordar a la persona que años atrás había recibido aquel nombre por parte
de sus padres, una persona que corrió la misma mala suerte que ahora le
deparaba a la muchacha. Se enjugó las lágrimas y retornó al presente, a lo alto
de aquella colina. Aquella pareja opuso resistencia y pidió clemencia, mas
nadie hizo caso de sus plegarias. Ahora era a su hija a la que la tocaba
sufrir, sufrir por lo que la ocurrió a su amada. Él no descansaría en paz hasta
conseguir su propósito, verla muerta y enterrada. Esperaba que con aquel
mensaje la hubiera asustado todo lo que pretendía.
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Bueno chicos, aquí os traigo el prólogo de mi historia principal. Espero que os guste a pesar de que pueda parecer algo típica. Ya me contaréis.
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Bueno chicos, aquí os traigo el prólogo de mi historia principal. Espero que os guste a pesar de que pueda parecer algo típica. Ya me contaréis.
Está muy bien, sigue así!!
ResponderEliminarHasta dentro de dos semanas XD
EliminarNo, espero poder subir la semana que viene.
Jajajaja, puntazo por la referencia a Slipknot xDD me pongo en cola para el siguiente capitulo
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