Desperté en una habitación blanca que olía a desinfectante,
alguien me había entablillado el brazo. Estaba en el hospital. La luz del sol
entraba a raudales por la ventana y proyectaba sus rayos sobre Jacob, que
estaba dormido en un sillón. Observé sus rasgos, memorizándolos: su mentón
anguloso y sus labios carnosos. El pelo le tapaba la mitad de la cara y había
adoptado una postura forzada, por lo que sus músculos estaban en tensión. Le
debía la vida, de no ser por él habría muerto desangrada. Realmente agradecía
que él fuera más sensato que yo, no soportaría estar en ese sillón mientras él
estuviera inconsciente.
Me encontraba inmersa en mis pensamientos cuando una
enfermera entró en la habitación.
- ¿Qué tal te encuentras, querida? – me sonrió mientras
comprobaba mis constantes. Al ver que yo miraba a Jacob, me informó – Lleva
aquí toda la noche. Estuvo desquiciado hasta que lograron estabilizarte. Tienes
suerte, además de guapo, parece buen chico. Bien, todo está en orden. En un
rato te traeremos el desayuno y vendrá el doctor a verte, ¿de acuerdo?
Asentí, distraída. Cuando la enfermera cerró la puerta,
Jacob se despertó de golpe. Parecía desorientado, pero al verme despierta sonrió:
- Buenos días, princesa – se acercó a la cama y me acarició
el pelo. – No sabes el susto que me has dado.
Cerré los ojos disfrutando de sus caricias.
- Gracias por salvarme y por quedarte conmigo. – susurré.
- Te prometí que no me iba a ir, y no lo voy a hacer. Pero
tú también me tienes que prometer que no te vas a volver a arriesgar así.
- Prometido. – Tras
un momento de silencio le pregunté - ¿Cómo sabías dónde estaba?
- Habíamos quedado en tu casa ¿recuerdas? Como no abrías,
usé la llave que me dejaste. Al ver que no estabas me preocupé y cuando vi la
carpeta abierta en la mesa supe seguro adónde habías ido. – Me dirigió una
mirada dolida - ¿Por qué lo hiciste? , ¿por qué fuiste tú sola? Sabías que era
peligroso.
- Bueno, ya está hecho ¿no? – dije desviando la mirada -
Logré matarle y ya está.
- Sí, pero casi te lleva con él. Mírame, - me hizo girar la
cabeza y mirarle a los ojos. - ¿por qué te arriesgaste? No me mientas, sabes
que me lo puedes contar. Sé que querías matarle, vengarte. Jones te advirtió
que no te precipitaras.
- Lo sé. – Cedí con resignación – Sutter era el asesino de
mis padres. Hace unos años llegué a casa y encontré sus cuerpos. Ese día juré
que me vengaría. Por eso entré en la Guardia del Sistema. – Empecé a llorar y
ya no pude parar de hablar. - Antes de
que murieran yo dudaba de que el Sistema fuera la mejor opción, creía que el
progreso que vende no justifica las muertes y los experimentos con humanos.
Incluso simpatizaba con los rebeldes, pero cuando me di cuenta de que ellos
también mataban, me decidí por un lado. El que estuvo conmigo en ese momento y
no me lo había quitado todo. Por eso no lo pensé dos veces y fui a por ese hijo
de puta, por su culpa mis manos están manchadas de sangre.
Jacob me abrazó con suavidad hasta que dejé de llorar.
- Me quedé sola por su culpa y seguí adelante de la única
forma que supe y sólo para vengarme. Ahora que lo he conseguido ¿qué sentido
tiene mi vida?
- El que tú quieras darle. Y ya no estás sola, me tienes a
mí. Escúchame, Amanda, te quiero y voy a estar contigo y te voy a apoyar
siempre.
Los ojos se me inundaron de lágrimas y lo besé en la boca.
No podía creer que después de todo un camino de sangre hubiera algo bello, como
puede ser el amor.
- Yo también te quiero, – murmuré – aunque me hace sentir
que tengo un punto débil.
Un año es demasiado, lo sé, así que entiendo que muchos dierais a Amanda y Jacob por perdidos, engullidos por el Sistema...
Procuraré que no se repita, en cuyo caso podréis matarme con muuuucho dolor (espero que no sea necesario... jaja). Como muestra de buena voluntad, hoy subiré otro más. Intentaré volver a subir todas las semanas...
Espero que recuperéis un poco el hilo!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario