21 nov 2012

Amor en un concierto


El concierto había llegado a su fin y el sudor hacía que su camiseta se la pegara cada vez más al cuerpo. Abrió la puerta de su casa despacio, intentando no despertar a su compañera de piso, lo cual no era complicado ya que ésta dormía como un lirón. Subió las escaleras en dirección al baño con la clara intención de tomar una ducha. Una vez dentro se despojó de su ropa y dejó correr el agua caliente por su cuerpo, mientras recordaba las emociones vividas al ver a sus ídolos subidos en el escenario, al verlo a él en concreto justo en frente de ella. Su aspecto de chico malo, pero a la vez su cara angelical la hacían perder la completamente la cabeza.
Su pelo húmedo se le pegaba a la espalda. El agua continuaba resbalando por su cuerpo, por sus hombros,... Cerró el grifo y recogió su toalla morada, que enrolló alrededor de su pecho. Tomó su ropa y puso rumbo a su habitación. Al abrir la puerta y encender la luz se percató de que alguien se encontraba tumbado en su cama... era él.
- ¿Tú? ¿Qué... qué haces... tú aquí?- tartamudeaba debido a su nerviosismo. Él, su estrella, su ídolo estaba en su habitación, en su cama.
- Te he visto en el concierto, en primera fila, y que decir tiene que has captado mi atención, sino no estaría aquí.
Si, era tremendamente arrogante, pero esa era una de las cosas que precisamente más la atraían de él.
- Yo... yo...- no sabía que decir. No podía articular más de dos palabras seguidas sin temblar y ponerse nerviosa.
- Ven, acércate- se levantó de la cama y la tomó de la mano. En comparación con ella su piel era mucho más fría, debido sin duda al contraste de temperatura tras haber salido de la ducha.
Realizó un movimiento brusco con la intención de alejarse de él, haciendo que su toalla cayera al suelo. Él bajó la vista recorriendo su cuerpo con la mirada. Ella cada vez se sonrojaba más, pero en lugar de agacharse a recogerla, se quedó observándole. En ese momento la tensión acumulada entre los dos estalló y se acercaron el uno al otro. Las manos de él empezaron a recorrer su espalda y su cintura mientras sus labios buscaban los de ella con urgencia, con pasión. Ella por su parte correspondía a sus besos y sus caricias mientras intentaba desabrocharle el cinturón y el pantalón. Una vez quitados estos se dirigieron a la cama con la intención de continuar con lo que habían empezado. La camiseta de él cayó al suelo, siendo esta la última prenda que separaba ambos cuerpos.
Las caricias de él aumentaban de intensidad por momentos y los besos de ella hacían que él se volviera cada vez más loco. Deseaba poseerla; no había sido mala su elección cuando la había visto en el concierto con su pelo largo y castaño ondeando al viento y pegando saltos y gritos de alegría al verles. Algo le había hecho desear conocerla, aunque no de aquella manera. De todas formas, la situación le servía.
La tensión entre ambos se iba notando cada vez más. Sus cuerpos cada vez estaban más juntos, así que aprovechando la ocasión él decidió aumentar de intensidad. Su miembro buscaba con urgencia el de ella, y sin dudarlo ella se dejó hacer. Sentía su sexo entrando y saliendo dentro de ella, la hacía sentirse tan bien. Era él, su amor platónico, aquel chico por la que todas suspiraban. Los jadeos de ambos fueron subiendo de volumen a medida que iban aumentando el ritmo. Sus cuerpos sudorosos se encontraban imbuidos de placer. Tras una última embestida ambos se dejaron ir a la par. Tumbados en la cama, el uno junto al otro, comenzaron a hablar como si se conociesen de toda la vida, a pesar de que solo habían compartido una escena de sexo fugaz. Ella fue la primera en quedar dormida, con una sonrisa en los labios que delataba lo que había ocurrido. Él la observaba atónito, sin llegar a saber como él, el dios del autocontrol, de la arrogancia, el chico más frío del mundo había llegado a sentir eso por alguien.
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A la mañana siguiente se despertó. No había nadie a su lado, él se había ido. Empezó a pensar que todo era un sueño, pero su ropa interior tirada en el suelo delataba todo lo ocurrido la noche anterior. Se ató la bata y bajó las escaleras con la intención de desayunar. Allí estaba él, con la misma ropa del concierto de la noche anterior preparándola el desayuno. Se miraron sin saber que decirse o que hacer; ella dio un paso al frente y se acercó a él abrazándolo. él por su parte dejó lo que estaba haciendo y la abrazó como si aquel fuera el último sus días.
- Te quiero- fue lo único que salió de los labios de ella antes de que él los cerrara con un beso.
- Y yo a ti. Creo que podré acostumbrarme a esto- y sin decir más la agarro de la cintura la cogió en brazos y se dirigieron a la sala a revivir los recuerdos de la noche anterior.


Hola chicos. Ya sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que subí un relato pero bueno, la universidad es lo que tiene. Os traigo hoy un relato algo erótico, como el anterior que os subí. Espero que os guste




11 nov 2012

Warlord Legacy cap 11


Cap 11: Entre Sombras
Los días iban avanzando en la habitación prisión y Korin comenzaba a pensar que no saldría de allí hasta que, en un cierto momento, uno de los guardias retiró la cerradura de la puerta:
-Azgalor, Los jefes supremos te llaman, quieren hacerte unas preguntas.-
Korin se levanto, el guardia le puso las cadenas  y lo llevo ante los jefes supremos:
-Azgalor, ¿Por qué renegaste de la hermandad?.-
-¿Renegar? ¿Llamas  a esto renegar? Me expulsasteis vosotros y , además, cuando vuelvo, me encierran en una prisión.-
-Tus actos se salían del credo, era inconcebible que asesinaras a toda la gente, incluso a tus camaradas.-
-No he hecho nada de eso!.-
-¡Ya es suficiente, llévenselo. Pero antes, quítenle la máscara que lleva puesta para ver una vez mas su rostro.-
-¿QUÉ? Nooo!! Soltadme!!!.-
Al quitarle la máscara los guardias, Los jefes supremos se dieron cuenta de que no era Azgalor
-¿eh? No es Azgalor!, muchacho, ¿Por qué te has hecho pasar por el?.-
Viendo que no tenía elección, Korin les dijo la verdad y, tras este  episodio, Korin fue encerrado otra vez, esta vez por espia. A medida que pasaban los días, Korin comenzaba a volverse cada vez más loco en aquella habitación de piedra musgosa con una única cama y un orinal. Repentinamente, comenzó a oír una voz similar a la suya:
-¿Por qué sigues aquí? Yo puedo sacarte de aquí.- Dijo la voz
-He sido condenado, debo permanecer aquí.—
-¿Qué ha ocurrido con Lehez?.-
-Me la han retirado, les he dicho que es una espada simple.-
-Yo puedo concederte poder, eso sí, tendré que pedirte algo a cambio.-
-¿Quién eres?.-
-¿Yo? Digamos que soy tu yo interior, no tengo forma, para evitar el dolor de las muertes de otros y el miedo me has creado a mi sin darte cuenta… aunque debo admitir que tu locura también ha influido bastante.-
-y ¿qué quieres a cambio?.-
-Bueno, ¡La posesión de tu cuerpo!.-
-¿Qué? ¡No pienso hacerlo!.-
En ese momento, un gran estruendo sacó de la conversación a Korin, al parecer, un intruso había entrado en la fortaleza.
-Alerta Máxima, un intruso poderoso está destruyendo todo a su paso.- Se escuchó por la radio
Todos los guardias comenzaron a agruparse para detener al intruso, pero la fuerza de este podía crear ondas expansivas que utilizó para liberar a los prisioneros destruyendo las puertas de las celdas que los contenían:
-Lo siento mal interno, pero en otra ocasión será.- Dijo Korin burlándose de el
Aprovechando la confusión, Korin abandonó aquella fétida celda y huír entre los conflictos internos entre guardias y prisioneros. Finalmente, Korin llegó a una sala en las que estaban las pertenencias de los prisioneros:
-Oh genial! Mi túnica!! Y también esta Faust!! (Cogiendo la espada) Menos mal que no se dieron cuenta de que era una espada única…-
-He vuelto junto a mi portador!.- Dijo Faust
Tras pegar a Faust a su espalda comenzó a huir en la primera dirección que encontró:
-Malo será que en dirección recta no encuentre nada, Lehez!.-
En ese momento, La espada volvió a transformarse en una espada de 2 manos y comenzó a derribar con su ayuda las paredes de contrachapado que encontraba:
-Je… menos mal que ahorraron en materiales (Frena en seco) mierda, una pared de hormigón, ¿Qué Hacemos?.-
-¿NO está claro? Derribarla!!.-
En ese momento, Lehez comenzó a acumular el aire del alrededor y lo liberó en una dirección de aire a presión. Korin pasó por múltiples paredes, atravesando incluso el  propio consejo. Finalmente, Korin Consiguió salir al exterior, dándose cuenta de que era de noche. Decidió ir hacia la ciudad de Cynstark para orientarse. En el momento de llegar a Cynstark , Yolvar avistó a Korin:
-¡Korin! ¿Dónde Estabas maldita sea? Llevo buscándote todo este tiempo, desapareciste sin mas.-
-Me… Secuestraron … Una banda de ladrones conocida como los “Garras Escarlata”.-
-¿¡Te ha secuestrado la mayor banda de ladrones de todo Iknifer!? En que estabas pensando… ahora habrán puesto precio a tu cabeza.-
-No te preocupes. Tienen mayores problemas que buscarme. Por cierto, he encontrado información sobre el arma mítica escondida aquí.-
-Que bien. Un momento, ¿Cómo has podido recolectar información prisionero?.-
-Es una larga historia, pero cuando estás en las celdas como estuve comienzas a escuchar todo tipo de cosas, incluso la voz de tu alma…-
-¿La voz de tu alma? Bueno, prefiero no saber nada de eso… ¿Qué tipo de información tienes?.-
-Los garras Escarlata piensan dar un golpe a la noble Acadia II ya que, supuestamente, Covanndre está en su posesión y será difícil obtenerla.-
-mmm…Podríamos  pasar desapercibidos entre la confusión y obtener a Covanndre.-
-Suena bien, ¿Cuándo Comenzamos?.-
-Pues… Cuando den el golpe por supuesto, mientras tanto, podemos descansar un rato.-
-Si tienes razón, creo que tanto tiempo encerrado en aquella celda ha hecho que me merezca una cama decente.-
Tras esta conversación, Korin y Yolvar decidieron ir hacia la posada mas cercana, a esta hora de la noche, Las calzadas de piedra gris clara, las casas de piedra musgosa y las farolas encendidas alegraban la vista a aquel paisaje pintoresco. Al llegar a la posada, Korin cayó dormido nada más llegar, mientras tanto, Yolvar salía al balcón a reflexionar. Con los codos apoyados en la barandilla, Yolvar comenzó a reflexionar:
-Eber…¿Crees que esto es lo correcto? He comenzado este viaje solo, pero he conocido mucha gente entre ellos Korin, que es un poco imprudente, pero busca proteger a los demás… Una y otra vez vuelves a mis pensamientos cual boomerang al ser lanzado y dime Eber… ¿Estoy en el camino correcto? ¿Debo tomar venganza contra Daemon Barracks? Dame una señal.-
En ese momento, el viento comenzó a soplar como la brisa marina, rozando la mejilla de Yolvar. Poco después captó la señal y fue a cama para descansar ya que mañana sería un dia duro.
 Nada más despertarse Korin por la mañana, entre las cortinas se difuminaban los pocos rayos de sol que entraban dentro de la habitación. Korin apartó las persianas para observar el paisaje una vez más, ya que sabría que no estaría mucho más allí, observó que por la pared crecía un rosal y se le ocurrió una idea. Cogió una rosa con un tallo de 20 cm, la olió y comprobó que estaba bien y desprendía buen olor ya que, acto seguido de dejar la rosa en un florero:
-Yolvar, voy a comprar un tinte, vuelvo ahora.-
-Espera, ¿Para que quieres un tinte?.-
-¿Eh? Para nada interesante, ahora vuelvo.- Dijo Korin para evadir la conversación.
Korin salió de la posada como una estrella fugaz y cogió el tinte tan deseado en la droguería más cercana. Una vez que llegó, vertió un poco de tinte  azul diluido con agua y el resto que quedaba lo utilizó en dos mechones, uno de cada lado, para que le quedaran dos mechones de  color azul oscuro. Para finalizar, Korin cogió uno de los pergaminos de hoja de papiro que había en un escritorio bastante antiguo de tipo bureau en el que comenzó a escribir una carta con una pluma de cuervo y un tintero que había allí. Cuando acabó, lo selló con cera y lo dejó al lado de la rosa. Poco después se reunió con Yolvar para saber el punto de reunión:
-Ya estoy listo, ¿Cuándo Partimos?.- dijo Korin impaciente
-No seas tan impaciente Korin, lo primero es tratar de colarse al mismo tiempo en la mansión de Acadia II mientras que estos dan el golpe y los guardias los cogen, nosotros aprovechamos y robamos a Covanndre. No está permitido usar armas miticas, tienen detectores de magia en todas las habitaciones, toma esta espada de dos manos que compré ya que tú estabas muy ocupado toma (Le da la espada) por cierto…¿Qué mierda te has hecho en el pelo?.-
-Oh ¿esto? Me teñí dos mechones en el pelo.-
-mmm… en fin. Tenemos que ir por la puerta lateral del castillo al mismo tiempo que los Garras Escarlata. Al ponerse el sol.-
Cuando comenzó a atardecer, Korin y Yolvar comenzaron a abandonar la posada para dirigirse a  su nuevo destino.

Buenas a todos otra vez, no quiero ser dramatico ni nada por el estilo pero, tenia que publicar si o si ya que es mi cumpleaños. De todos modos quiero agradeceros que siguais leyendo mi libro (aunque no comenteis) pero bueno. Gracias

4 nov 2012

Warlord Legacy cap 10


Cap 10: Cynstark, Ciudad de las oportunidades
Korin se despertó muy temprano para desayunar y reunirse con Yolvar para decidir que ruta coger. Al parecer Yolvar aun seguía durmiendo y era el momento de desayunar algo apetitoso para el. Korin decidió pedirse un salmón para desayunar por muy raro que pareciese aunque, cuando Yolvar se despertó, Korin ya casi había acabado con el salmón:
·         Korin…- Dijo Yolvar medio dormido
-(hmm) Si?.-
·         ¿Te estás comiendo un salmón entero y crudo?.-
·         Ehmm… Shi.- Dijo Korin con la boca llena
·         En fin… Oye Korin probaste algo más ligero como, Chocolate?.-
·         ¿eso se Come?.-
-Si, en el otro continente solo lo fumaban, pero se puede tomar (cogiendo una taza) anda coge.- Dijo Yolvar dándole la taza.
En el momento en el Korin probó el chocolate, sus pupilas se dilataron y disfruto del sabor de este líquido marrón. Yolvar desayuno algo más ligero para su gusto, un croissant y un café. Tras desayunar, Korin y Yolvar se despidieron de Alex y partieron hacia Cynstark, donde, supuestamente, estaba la próxima Arma mitica: Covanndre. Korin y Yolvar aprovecharon que no había ventisca para viajar más rápido a Cynstark, durando este viaje 1 hora más.
Cuando llegaron a Cynstark, Korin lo vio distinto a como lo recordaba el.
-Vaya, esto ha cambiado mucho desde la vez que lo visité.- Dijo Korin
-¿Ya habías estado aquí antes?.-
-Pues claro, yo fui comerciante por mucho tiempo, pero, esto ha cambiado mucho desde que vine por última vez hace 5 años.-
-El pueblo ha cambiado mucho desde que Acadia II se hizo con el poder de las zonas cercanas, en fin, lo primero que debemos hacer es arreglar nuestros ropajes o comprar unos nuevos, pareces un pordiosero con ese trapo en la cabeza.-
-Nooo!!, no me quitare la capucha, me protege de la lluvia.-
Entraron en una tienda cercana de ropa y Yolvar volvió a escuchar lo mismo sobre su túnica pero esta vez podían hacer el arreglo. Mientras tanto, Korin seguía mirando ropa pero o no le gustaba, o no se adaptaba a sus necesidades. Cuando Yolvar recibió su túnica arreglada, Korin había desaparecido:
-Korin, ¿Dónde estás?.-
-Aquí, ahora salgo.-
Al salir de probador, vio a un nuevo Korin, llevaba una túnica gruesa de un color negro brillante con una capucha que tenía un peso en la punta para que no
Se cayera mientras corres y bajo esa capucha se encontraba la máscara que vio desde la primera vez con ligeras manchas de barro y con sus dos franjas verticales rojas ligeramente desgastadas. En las mangas largas asomaban los guantes de placas negros como el azabache  y en el pecho se podían apreciar detalles plateados:
-Sin duda comprare esta, me gusta mucho.-
-Está bien, ya la pago yo con el dinero de las apuestas tu de paso, ve recolectando información sobre el arma mítica.-
-Oki doki-
Korin salió de la tienda y vio una taberna cercana en la que podría encontrar gente que supiera sobre objetos robados o importantes. Al entrar allí, pudo observar un gran número de mesas con sus respectivas sillas, casi todas ocupadas, una barra al fondo y a mano derecha un pequeño escenario en el que había un bardo de complexión ancha con su guitarra acústica sentado en una silla en medio del escenario, tenía el pelo rubio oscuro bastante largo, con barba completa de varios días y unas gafas rectangulares de un color pistacho metálico.
-Vaya cuanta gente, parece que esta taberna tiene muchos clientes, voy acercarme a aquel tipo
Con la gabardina marrón.-
Korin decidió aprovechar su habilidad como comerciante ambulante en el habla para intentar sacar información, se sentó a su lado.
-Oye, me acaba de avisar la organización.-
-¿Si?, un momento, ¿Qué Organización?.-
-(Mierda) ya sabes, nuestra  “organización”.-
-¿Ah si?,¿Y como se llama?.-
-(mierda,mierda) Ehmmm… los… Gabardinas….Marrones?.-
-Ja! Buen intento, nadie puede entrar de gorra en
los chaquetas marrones.-
(idea!) Oh…¿pero una gabardina no es lo mismo que una chaqueta?.-
Tras mucho explicarle la diferencia entre una gabardina y una chaqueta, finalmente, el ladrón aceptó la idea de que Korin fuera un miembro de su banda.
-Acompáñame este no es un sitio muy seguro.-
 Al salir de la taberna el ladron le apunto con una pistola:
-Queda detenido por intento de robo!.-
-Queeeee!!??.-
-Llevo buscándoos la pista mucho tiempo pero por fin podré…-
En ese momento una maceta le cayó en la cabeza al captor de Korin y una mujer disfrazada de gata saltó desde el tejado:
-¿Te encuentras bien?.- dijo con una sonrisa
-Ehmm… si ¿Quién eres?.-
-Soy Carina, de la misma organización que tu.-
-Espera, ¿Cuál?.-
-Pues… los garras escarlata tonto, aunque, ¿Cómo no lo ibas a saber si tienes ya el rango de leopardo?.-
-¿Eh? (mira para atrás)Yikes!!(mi cola!!) ehm…probablemente me haya producido algo de amnesia el golpe que me dio ese guardia…-
-Oh… no me había dado cuenta! Bueno, vamos rápido a la base, ¡no quiero que nos descubran!.-
-(sonido de tajo).-
-¿PORQUE LE HAS CORTADO LA CABEZA?.-
-Podria hablar, como ya te dije hace mucho que no participo en las actividades del grupo.-
Tras salir de allí corriendo, Korin consiguió convencer a la ladrona de que era un miembro de las garras escarlata. Tras mucho saltar por los tejados, la ladrona se detuvo en un suburbio y bajo de los tejados. Allí se encontraba una especie de casa de estilo gótico con una puerta megalítica de piedra basáltica con una muesca. Acto seguido, la ladrona sacó una llave del tamaño de su brazo y la giró dentro de la muesca en la piedra y la puerta se abrió ante ellos. Al parecer esa puerta conducía a unas escaleras talladas en piedra hacia el subsuelo, Korin, confuso, siguió a la ladrona hasta una especie de sala poco iluminada con velas. En ella había un gran número de gente con la cara tapada y con túnicas con capucha dejando paso a un pasillo con una gran alfombra tipo persa, al final del pasillo de gente, había un grupo de gente sentada en una mesa con forma de semicírculo:
-Queridos jefes supremos, hoy os traigo una rara y, al mismo tiempo, útil “compañía”.-
-¿De que se trata Carina? No trates de engañar a tus superiores o simplemente serás desterrada.-
-No miento, al parecer fue un antiguo miembro de la orden desterrado, es del rango Leopardo y porta una espada de dos manos.-
-…, continua.- Dijo una de las entidades supremas
-Y su ultimo rasgo es que siempre lleva la cara cubierta con una máscara blanca.-
- ¡Máscara blanca! no me digas que es… ¿Azgalor?.-
-Supongo que es el.- Dijo Carina
-Di algo muchacho.- Dijo otro de los supremos
-(Seguirles el rollo) He…Vuelto. Después de que me desterrarais.- Dijo Korin
-Tus métodos se alejaban de las ordenes y del credo… pero teniéndote aquí… quizás nos seas de ayuda.- Dijo el mismo Supremo
-Retiraos,  por el momento de Azgalor descanse, ya veremos lo que hacer con el.-
Korin fue conducido hasta una habitación en la que será recluido para un futuro interrogatorio. ¿Podrá Yolvar enterarse de lo sucedido?.