10 nov 2010

Kuzguners Capítulo 5


De la agonía de los muertos los vivos aprendemos a luchar…
CAPÍTULO 5 – EL OJO DEL CUERVO

El diario se me resbaló de las manos, pero eso no me importaba, había alguien ahí. Al darme la vuelta me encontré con una mujer joven de tez morena, pelo blanco y una armadura negra.
  - ¿Quién eres? –conseguí decir al fin.
  - Soy Artemisa. ¿Qué haces aquí?
 - Soy Kasumi, del pabellón Kisa. Me han asignado una misión de reconocimiento.
 -Me da igual quién seas o qué te hayan mandado, no puedes estar aquí, así que lárgate de una vez.
 -Lo siento, pero no puedo hacer eso hasta terminar mi misión, además, mi compañero ha desaparecido y no me iré hasta encontrarlo.
 -Creo que no me has entendido, no era una petición, sino una orden.
 -Aun así me temo que no puedo irme.
 -Tú lo has querido…
Con un movimiento de manos hizo aparecer un arco y una flecha, y en un segundo ya me estaba apuntando. La flecha empezó a brillar, y cuando brilló al máximo, la soltó. No me molesté en correr, sabía que sería inútil, me tapé el rostro con los brazos para evitar una posible herida mortal. De repente apareció una intensa luz verde que se extendió formando un escudo delante de mí, la flecha no fue capaz de atravesarlo. Al desaparecer la luz me di cuenta. El causante era el colgante que me había dado Crow antes de entrar en la mansión.
Artemisa se quedó perpleja, miraba fijamente mi colgante, mi reacción tampoco era distinta, no sabía qué había pasado.
-¿De dónde has sacado ese colgante? –Preguntó aún aturdida.
-Me lo dio mi compañero…
Artemisa parecía más confusa aún, bajó la mirada y volvió a dirigirla hacia el colgante.
-Eso es… -murmuró –ya decía yo que me resultaba familiar…
-¿De qué estás hablando?
No obtuve respuesta, con otro movimiento de manos hizo desaparecer el arco para sustituirlo por una espada.
-Tendrás que luchar por tu vida.
Se lanzó sobre mí, estaba harta de que me atacaran todos, así que decidí luchar de una vez. Salté sobre ella, desvié la espada golpeándola por el lateral y con mi otra mano le di un puñetazo en estómago. Cuando caímos al suelo me abalancé sobre ella y empecé a golpearla hasta que paró mis puños y de una patada consiguió tirarme al otro lado. Hecho esto salió corriendo hacia la siguiente habitación.

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Bueno, ahora que llegan los exámenes empezamos a actualizar, y encima, las dos el mismo dia jeje.
Bueno, a parte de esto sólo me queda decir que todo comentario es bien recibido en este humilde blog, da igual que sea positivo o negativo, nos encantaría saber vuestra opinión.